El Nissan 370Z es un deportivo añejo, presente en el mercado desde 2009 y que, pese a los años, sigue teniendo un gran séquito de seguidores, que no solo admiran su desempeño de serie, sino que además encuentran el lienzo perfecto para elevar el performance a otro nivel a través de un extenso surtido de piezas aftermarket, característica que lo hace un auto altamente modificable.
Sabedora de esta situación, Nissan no desaprovecha los reflectores que brinda el SEMA Show 2018, celebrado en Las Vegas, Estados Unidos, para presentar el Project Clubsport 23, en esencia un 370Z perfeccionado mediante accesorios originales traídos directamente del catálogo de Nismo (Nissan Motorsport), así como un nuevo motor de última generación que podría ser un preludio al futuro.
Estéticamente, lo primero que resalta es el color naranja de la carrocería que contraste con el tono negro de elementos como los rines, manijas, tomas de aire, espejos retrovisores o el splitter delantero. Cabe señalar que el cofre y retrovisores, están construidos en fibra de carbono.
Puertas adentro, se prescinde todo aquello que afecte al peso del vehículo como el sistema de infoentretenimiento, pero a cambio gana elementos inspirados en el mundo racing (no por nada lleva la palabra Clubsport en su nombre), como volante, asientos y volante deportivos, esto sin mencionar una tapicería de piel negra con costuras en rojo.
Si bien el exterior del Project Clubsport 23 es altamente atractivo, es en el apartado mecánico donde Nissan se lució y es que el conocido seis cilindros atmosférico de 3.7 litros, cede su lugar a favor de un V6 VR30 twin turbo de 3.0 Litros, capaz de entregar 400 caballos de fuerza.
Básicamente, es el mismo propulsor que usa el Infiniti Q50 400 Sport, pero a diferencia del pomposo primo que recurre a una caja automática, pero gracias a la ayuda de MA Motorsports, este Z se adapta a una transmisión manual de seis relaciones. Por cierto, las suspensiones también fueron optimizadas gracias a unos amortiguadores firmados por Eibach.
Aunque se trata de una preparación para el SEMA, creemos que el Project Clubsport 23 es mucho más, ya que todo indica que una nueva generación del Z, impulsada por el VR30, llegaría en 2019. Además, es la primera vez que este propulsor se acopla a una transmisión manual.