Encontrar en el mercado un auto que sea: rápido, balanceado, comunicativo, tecnificado, bien armado y muy equipado, todo en un mismo paquete es poco común, pero que además sea un hermoso coupé o un atractivo roadster al mismo tiempo lo es aún más. El BMW Z4 sDrive 35iA es todo lo anterior, dicho de otra manera, como se conoce en el lenguaje popular, es un verdadero garbanzo de a libra.
La conjunción de diversos elementos hacen posible que este vehículo bávaro sea un exponente sobresaliente aún dentro de los elevados estándares de la marca. Por principio de cuentas equipa el multipremiado seis cilindros en línea de 3.0 litros turboalimentado que eroga 306hp y 295 lb-pie de torque que se acopla a una sofisticada y rapidísima transmisión de doble clutch de siete relaciones con paletas de cambio detrás del volante que envía la potencia al eje posterior. Lo anterior ya de por sí sería suficiente para hablar de un vehículo notable, pero el BMW Z4 al igual que todos los demás modelos del fabricante recurre a otras técnicas como la posición longitudinal del motor y su colocación detrás del eje delantero para tener un reparto de pesos del 50% a cada eje (muy cercano a la perfección).
Lo antes mencionado se traduce en un manejo simplemente soberbio, el Z4 de BMW no es demasiado rígido para destrozar la espalda baja de sus ocupantes, pero tampoco es lo suficientemente suave como para sentir que vamos en una lancha, por increíble que parezca este ejemplar tiene un ajuste más cómodo que un 335 Coupé - Cabriolet por poner un ejemplo.
Al momento de cambiar la palanca a la posición Sport y seleccionar el modo de conducción Sport+ (desconecta el control de tracción y de estabilidad), el BMW Z4 se transforma de un confortable y disfrutable vehículo, en un deportivo bastante serio y brioso que es capaz de efectuar cambios instantáneos y poner toda la potencia del soberbio seis en línea en las ruedas traseras permitiendo deslizamientos que harán de un par de curvas, el mejor parque de diversiones que podríamos pedir. Las recuperaciones son también notables, producto del buen trabajo realizado por los ingenieros en materia de la entrega del torque, que es excelente a cualquier régimen de giro. El Z4 es adicionalmente un auto predecible, de comportamiento neutro y fácil de manejar, por lo que no se requieren manos expertas para extraer la gran mayoría de su potencial.
Una parte importante de la gratificante experiencia que resulta manejar un BMW Z4, es sin duda lo bien logrado del interior, los materiales y calidad de ensamble son impecables y por si fuera poco es el único producto de toda la gama del fabricante de Baviera que presenta un estilo interior totalmente diferente. Cuando rodamos con la capota cerrada, este bello coupé es silencioso y refinado, sin vibración alguna, mientras que al bajarla se transforma en un hermoso roadster que adicionalmente es fiel a las proporciones clásicas de este tipo de autos, es decir, con un prolongado cofre que da cabida a un motor montado en posición longitudinal y una cabina ubicada muy atrás, tanto que los pasajeros van sentados casi arriba del eje trasero, estos diseños fueron creados por los ingleses para los modelos XK de Jaguar en la década de los sesentas y le confieren a este BMW un estilo clásico y diferente al de rivales como el Audi TT o el Mercedes–Benz SLK.
Ciertamente el BMW Z4 sDrive 35iA no es un vehículo barato pero será verdaderamente complicado encontrar otro vehículo tan balanceado como este sin tener que apuntar por encima de los 100 mil dólares.
Agradecemos a Centro Dinámico Pegaso por las facilidades brindadas para la realización de esta prueba.