Para responder a esta pregunta y sin meternos en tecnicismos –la idea es que se comprenda fácilmente. Hay que aclarar que un supercargador (como un turbo) trabaja comprimiendo el flujo de aire antes de que entra al motor. Al adherir más aire, el motor puede también mezclar más combustible, lo que resulta en una mayor explosión y por ende, más potencia.
La mayoría de los estudios y estimados reflejan que un supercargador incrementa la potencia entre un 30 y un 50 por ciento sobre los caballos de fuerza originales del auto. Sin embargo hay que aclarar que ese 50% se da solamente en un perfecto escenario, además de que el supercargador sí agota la eficiencia del motor. Por lo tanto en promedio podemos que un supercargador aumenta la potencia de un vehículo en un 46% sobre los valores básicos de fábrica.
Para aclarar lo anterior utilicemos un poco de números. El supercargador al comprimir el aire, incrementa la presión de aire que entra al motor, por lo que hay más presión atmosférica. Ésta al nivel del mar es de 14.7 PSI (libras por pulgada cuadrada), así que al momento de usar un supercargador tradicional que aumenta la presión atmosférica entre 6 y 9 PSI, se multiplica la cantidad de aire al propulsor en un 50%.
Cabe aclarar que para que un supercargador otorgue una potencia optima, existen diversos tipos que se ajusten a las necesidades requeridas, hay de diferente calidad, se debe instalar adecuadamente y se debe incluso poner un mejor sistema de escape, así como un intercooler.
Ahora como mencionábamos antes un supercargador llega a minar el desempeño del motor. Puesto que para trabajar necesita estar conectado al motor por medio de una banda o cadena –y esto sí merma algo de fuerza, justo como cualquier accesorio que utilice algún cinturón (como el aire acondicionado, por ejemplo). Ésta es una de las razones por las que un supercargador no puede entregar de manera completa o consistente la energía.