Al momento de comprar un automóvil, es importante que el modelo a elegir tenga el mejor nivel de seguridad. Sí, la pantalla, el diseño de los rines o el quemacocos, son un gran atractivo en la lista de equipamiento de los vehículos, sin embargo, al momento de estar involucrados en un accidente ninguno de ellos nos ayudará a evitarlo, o bien a salvaguardar la integridad de los pasajeros.
Por ello, es vital que al momento de adquirir un vehículo esté dotado de los elementos de seguridad que mencionaremos a continuación:
Sistema Antibloqueo de Frenos - ABS
Esencialmente, el objetivo de este elemento es mantener el automóvil bajo control debido a que evita que las ruedas se bloqueen, incluso durante una frenada brusca. Y es que un vehículo con los neumáticos bloqueados es incontrolable, ya sea en una superficie resbaladiza o sobre asfalto seco. Una vez que el ABS mantiene los neumáticos rodando al momento de frenar permite al conductor tener el control de volante. Para su funcionamiento, este sistema cuenta con un control electrónico que compara continuamente la información que recibe de los sensores de velocidad de cada neumático. En cada segundo existen hasta 16 valoraciones.
Control electrónico de estabilidad
Esta tecnología ayuda a todos los conductores a manejar situaciones difíciles, en las que el auto está a punto de derrapar. Por medio de una unidad de control es posible comparar continuamente la información actual acerca del comportamiento de conducción del vehículo con los valores preestablecidos. Si los valores no corresponden, la unidad de control da la orden de estabilizar el vehículo, acompañándose siempre del ABS y otros sensores.
Una vez entra en operación, el ESP limita el torque del motor y frena el neumático interior trasero en caso de subviraje, o la rueda exterior delantera en caso de sobre-viraje. Asimismo, el control de estabilidad puede ayudar al conductor únicamente si los límites de agarre no se sobrepasan, al menos en los neumáticos usados para estabilizar el vehículo.
Control de tracción
Un patinaje excesivo de la rueda durante la aceleración es un gasto de energía sin beneficio alguno. Ello aumenta el desgaste del sistema de poder y los neumáticos en asfalto seco, mientras que, en superficie mojada, representa un gran consumo de combustible. Para evitarlo, el sistema de control de tracción modula automáticamente el patinaje excesivo de las ruedas durante la aceleración. Su objetivo es garantizar que el conductor mantenga el auto totalmente bajo control y proporcionar una transferencia de potencia efectiva. Esto en consecuencia mejora el manejo y el ahorro de combustible. A través de los sensores de velocidad del ABS es posible monitorear la fuerza de las ruedas, mientras que la ECU compara su velocidad con respecto al otro eje. Si se detecta patinaje, la computadora reduce la velocidad de la rueda que patina, recuperando la tracción y permitiendo al vehículo continuar incluso en una superficie resbaladiza.
Puntos de fijación Isofix
Estos puntos anclaje de los asientos traseros garantizan un mejor montaje de los asientos para niño en el vehículo y proporcionan un agarre más firme a la carrocería del vehículo. En caso de accidente, ayudan a reducir el desplazamiento hacia delante de la silla.
Airbags
Estos dispositivos, junto con los cinturones de seguridad, tienen la misión de impedir que alguna parte del cuerpo de los ocupantes entre en contacto con los elementos rígidos del vehículo. Mientras que el conductor está protegido por una bolsa de aire frontal en el volante, el airbag frontal del copiloto (con opción de desactivarlo) está montado en el tablero. Por su parte, los airbags laterales, situados en los asientos delanteros, tanto en el del conductor, como en el del copiloto, proporcionan una protección eficaz de la pelvis y el tórax en caso de impacto lateral.
A su vez, el airbag para las rodillas del conductor está instalado en la parte inferior del tablero, debajo del pilar del volante, protegiendo las piernas del conductor en caso de impacto frontal. En su caso los airbags de cabeza cubren el área de las lunas laterales y las estructuras interiores del vehículo desde el pilar A delantero hasta el pilar C trasero. Estos protegen las cabezas de los pasajeros de los asientos delanteros y traseros, proporcionando la máxima seguridad.