Por desgracia, los automovilistas que usan el teléfono celular piensan que ellos nunca sufrirán un accidente y que eso sólo le pasa a los demás. Hasta que sucede un incidente a alguien cercano o a uno mismo, es cuando se toma conciencia del peligro que es manejar distraídamente por usar un teléfono celular, enviar mensajes de texto, verificar direcciones e incluso acceder al centro de información y entretenimiento del vehículo.
Cada una de estas acciones quitan la vista de la carretera e impactan la capacidad del cerebro del conductor para concentrarse al volante. Como resultado, la persona pierde señales importantes y peligros en la carretera , tiene una respuesta y tiempos de reacción más lentos, y es cuatro veces más propenso a estar involucrados en un choque.
Está científicamente comprobado, que el uso del teléfono celular mientras se conduce presenta tres áreas de riesgo: riesgos visuales, como apartar la vista de la carretera; riesgos manuales, como no mantener ambas manos en el volante; y riesgos cognitivos, la capacidad de procesar la información necesaria para conducir de manera segura. Usar un dispositivo manos libres o con Bluetooth puede ayudar a reducir algunos riesgos visuales o manuales, pero no ayuda a los conductores a mantener su enfoque.
Aunque no lo parezca a simple vista, conducir es en realidad una tarea cerebral compleja que involucra nuestra capacidad de reconocer y procesar información basada en lo que vemos, escuchamos y entendemos, y traducimos eso en acción física: pisar el acelerador, dirigir y frenar.
Así que cuando se utiliza un teléfono celular, los conductores pueden observar el entorno que les rodea, pero no pueden ver o procesar la mitad de la información, a esto se le llama “ceguera por falta de atención”. Desafortunadamente, las personas no se dan cuenta de que simplemente no son tan atentos como deberían.
A su vez, los estudios también muestran que el cerebro humano no es capaz de realizar múltiples tareas. Al intentar realizar dos tareas cognitivas al mismo tiempo, como conducir y hablar por teléfono, el cerebro realmente cambia de un lado a otro. Hace esto tan rápido que parece que podemos realizar varias tareas al mismo tiempo, pero esto en realidad disminuye nuestro enfoque, el nivel de atención y los procesos de toma de decisiones.
Para ayudar a los conductores a tomar decisiones acertadas y reducir el riesgo de lesiones por conducir distraído, como lesiones cerebrales y de la médula espinal, así como amputaciones, traumatismos y otras lesiones, es necesario considerar estos puntos:
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Mantener la vista en el camino, las manos en el volante y la mente centrada en la conducción.
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No hablar, enviar mensajes de texto, verificar correos electrónicos ni buscar información en el teléfono mientras se conduce, incluso con un dispositivo de manos libres.
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Configurar la función "no molestar" en el teléfono para minimizar la tentación de contestar una llamada o revisar un texto.
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Establecer la navegación y otras funciones de información y entretenimiento solo cuando se está detenido.