Sin meternos en cuestiones técnicas, imagínate que vas manejando en una recta y tienes un auto adelante, de repente frena bruscamente, obligándote a hacer lo mismo para no impactarte e incluso poder moverte a la izquierda o a la derecha para esquivarlo. Este escenario sólo se podría presentar si tu auto cuenta con frenos ABS. ¿Por qué? te lo explicamos a continuación:

Sin ABS

Al pisar el pedal de freno a fondo los frenos de tu auto se bloquean, provocando que el vehículo vaya directo al auto que tienes enfrente, es decir, por más que manipules la dirección, las ruedas no responderían y chocarías.

Con ABS

Caso contrario si pisaras el pedal de freno a fondo, evitarías impactarte pues lo frenos nunca se bloquearían, permitiéndote maniobrar a la izquierda o a la derecha para no chocar. Suena genial esta circunstancia ¿no lo crees?

¿Cómo trabajan?

Los frenos ABS te salvan de un accidente y en casos extremos hasta la vida, a continuación, te decimos cómo funcionan.

Por medio de un sensor, el ABS está revisando la velocidad a la que va cada llanta. Cuando éste detecta una desaceleración repentina que provoque que la rueda se bloquee, el sistema libera un poco de presión al freno, con ello se tiene algo de movimiento y luego se retoma la presión nuevamente, lo suficiente para disminuir la velocidad sin llegar a inmovilizar el disco y bloquearse. Esta acción se realiza de forma repetitiva hasta 15 veces por segundo.